Bienestar animal
El bienestar animal es una ciencia relativamente nueva, que tiene como objeto la definición de métodos y sistemas que permitan incrementar el bienestar de los animales, gracias a la optimización de la utilización de los recursos disponibles, superando así las limitaciones inherentes a la cautividad.
Los Faunistas amamos a los animales. Su bienestar es para nosotros una prioridad. Abogamos por una permanente y continuada labor dirigida a la mejora del bienestar de los animales que dependen de nosotros.
A las personas que estamos a cargo del mantenimiento de animales en cautividad, nos corresponde asegurarnos que se salvaguardan las denominadas «cinco libertades», que consisten en: garantizar que no pasen hambre o sed, procurar que se sientan seguros, procurarles confort físico y térmico, velar por su salud y permitirles manifestar comportamientos naturales.
Maltrato
El maltrato es sinónimo de crueldad gratuita, de voluntad de infligir un daño innecesario, por el simple «placer» de hacerlo. El Faunismo se declara contrario al maltrato animal.
Tráfico ilegal
El Faunismo rechaza inequívocamente el tráfico ilegal de animales.
Este hecho, junto con la pérdida de hábitats, son los factores que más ponen en riesgo la biodiversidad y la supervivencia de las especies amenazadas.
Debemos sin embargo destacar, que tráfico ilegal de especies protegidas nada tiene que ver con su comercio legal.
El hecho de que una especie esté protegida no comporta necesariamente que no se pueda tener, comprar o vender. Es perfectamente lícito comerciar con ejemplares de especies protegidas, cuando estos proceden de la cría autorizada y controlada en cautividad o cuando proceden de capturas autorizadas.
La convención CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), es un tratado internacional ratificado por 183 países, que define perfectamente los límites de captura de las especies amenazadas y regula y auspicia su cría en cautividad.
Listas positivas
Las denominadas «listas positivas», tal y como se están planteando a nivel legislativo en muchos países, parecen tener como objetivo último dificultar en lo posible la tenencia de animales de compañía distintos al perro o el gato.
El Faunismo aboga por la libertad de tener y criar todo tipo de especies, con las únicas premisas de que se disponga del conocimiento necesario para hacerlo, de que se procure por su bienestar y de que no tengan un carácter invasor demostrado. Por ello, rechaza las listas positivas tal y como se están planteando y considera más posibilista y realista la estrategia basada en listas negativas como la de especies invasoras.
Especies amenazadas
Para los Faunistas, el actuar proactivamente en favor de la conservación de las especies amenazadas es una obligación moral que todos debemos asumir como propia.
El Faunismo aboga por la actuación coordinada de investigadores, administraciones, zoológicos y criadores privados, como potente herramienta para la adquisición «ex situ» de conocimientos aplicables «in situ» y para la salvaguarda de poblaciones cautivas que permitan garantizar la viabilidad genética de las poblaciones silvestres en el caso de que sea necesario proceder a su reintroducción.
Especies invasoras
Aunque los Faunistas consideramos que cualquier especie puede mantenerse en cautividad a nivel privado si se sabe cómo hacerlo, aceptamos que en los casos en los que está demostrada la capacidad invasora de una especie determinada, es preferible limitar su tenencia a fin de minimizar riesgos para el medio ambiente.
Así mismo, consideramos que todos los métodos de control, incluidos los letales, se deben poder contemplar cuando se requiere controlar la población de especies invasoras que amenacen la biodiversidad o nuestros cultivos; ya sea el caracol manzana, la cotorra argentina o los gatos ferales o asilvestrados.
Animales de compañía
Los animales nos acompañan desde hace miles de años. Con ellos establecimos una relación simbiótica de beneficio mutuo que sigue siendo plenamente vigente hoy en día. Los animales de compañía han pasado a tener un papel fundamental para el bienestar emocional de los ciudadanos.
El Faunismo está a favor de la libertad de tener y criar animales y considera que prácticamente cualquier especie se puede mantener de forma responsable en nuestros hogares si sabemos cómo cubrir sus necesidades fundamentales y cuidamos de su bienestar. Perros, gatos, aves, peces, roedores, reptiles, etc; todos ellos pueden acompañarnos. A nosotros nos corresponde seleccionar un tipo de animal que podamos atender adecuadamente.
El Faunismo rechaza su abandono y alerta de las consecuencias que este acto cruel e irresponsable comporta. Los ejemplares asilvestrados suponen una grave amenaza para la biodiversidad.
Criadores de animales de compañía
Los Faunistas ponemos en valor la labor de los criadores que nos permiten disfrutar de la compañía multitud de especies, ya sean perros o gatos, ya sean otras especies, sin que con ello afectemos negativamente a las poblaciones silvestres. Las poblaciones existentes en los centros de cría, constituyen una reserva genética de incalculable valor, que puede resultar clave para la recuperación de especies en peligro de extinción.
La cría responsable garantiza la obtención de ejemplares física y psicológicamente sanos y en condiciones óptimas para poderse integrar en nuestros entornos humanos.
La cría responsable debe constituir una premisa «sine qua non» a exigir a criadores profesionales y amateurs. Los criadores deben poder garantizar el bienestar de sus reproductores y la idoneidad de los jóvenes que se van a mandar a nuestros hogares.
Comercio de animales de compañía
Los Faunistas consideramos que el comercio de animales de compañía llevado a cabo por profesionales, en instalaciones adecuadas, constituye la vía más lógica y sensata para ponerlos al alcance de la población urbana, preservando su bienestar.
Una estrecha colaboración entre los criadores y los comercios es fundamental, ya que redunda en beneficio de los propios animales y de sus futuros propietarios.
Los comercios profesionales son quienes mejor pueden asesorar a los futuros dueños de un animal, a fin de garantizar que estará bien atendido desde el primer día.
Protección de la biodiversidad
La especie humana no puede permitirse la inconsciencia de actuar como simple espectadora de la crisis de pérdida de biodiversidad que está experimentando nuestro planeta.
El ritmo en el que se están extinguiendo multitud de especies es comparable con los grandes eventos de extinción del pasado. Cada una de estas extinciones constituye una pérdida irreparable para la biosfera y para el ser humano.
Los Faunistas consideramos que la sociedad humana debe asumir su responsabilidad y actuar proactivamente para intentar mitigar en lo posible los efectos perniciosos que provocan directa o indirectamente sus actividades sobre la biodiversidad.
Caza y pesca
La caza constituye una herramienta esencial para el control poblacional de muchas especies que, sin este control, inevitablemente dan lugar a graves problemas sanitarios o de seguridad para las personas, o que provocan daños económica y/o ecológicamente inasumibles.
Así mismo, es necesario poner en valor que la caza da vida a las poblaciones rurales y que los fondos que aportan la caza y la pesca deportivas controladas a las reservas naturales de todo el mundo, resultan imprescindibles para la pervivencia de estos parajes y de su biodiversidad.
El Faunismo acepta la práctica de la caza y la pesca, siempre y cuando se realicen de forma responsable, con las lógicas limitaciones de seguridad que impone la a menudo alta frecuentación de personas en los montes, desde una actitud de respeto a la biodiversidad y priorizando la minimización del sufrimiento infligido a las presas.
Control de plagas
Los Faunistas constatamos que los métodos letales son a menudo la única vía eficaz para controlar las poblaciones de las especies que podemos caracterizar como plaga y que se corresponden con especies con una muy alta tasa de reproducción, que entran en competencia directa con los humanos y que a menudo actúan como vectores y reservorios de enfermedades.
A nuestro entender, negar esta opción de control sobre la base de consideraciones pretendidamente «éticas», es cerrar los ojos a la realidad. Una proliferación exponencial e incontrolada de estas especies, sería extremadamente nociva e insostenible para el conjunto de la humanidad y alteraría el equilibrio de los hábitats naturales, comprometiendo la biodiversidad local.
Educación y sensibilización ambiental
El Faunismo considera imprescindible que nos esforcemos en transmitir a nuestros hijos el amor por los animales y la naturaleza en general. Esto los permitirá convertirse en adultos más felices y respetuosos con los demás y con el planeta.
Así mismo, considera que también es importante enseñarles a observar y aceptar la realidad de que, en el mundo en que vivimos, unas especies se comen a las otras. A asumir con naturalidad que nosotros también necesitamos sacrificar animales para su aprovechamiento, tal y como ocurre de forma universal en nuestro planeta desde el inicio de los tiempos.
Parques zoológicos
Los Faunistas apreciamos la labor que realizan los Zoológicos en el ámbito de la educación ambiental de niños y adultos. Ellos son nuestro último reducto de contacto directo con las especies de origen silvestre.
La inmensa mayoría de los ejemplares actualmente presentes en los Zoos han nacido en cautividad y no tienen recuerdos vinculados a sus hábitats de origen. Esto facilita su mantenimiento y posibilita su bienestar cuando las instalaciones del Zoo son adecuadas.
Los Zoos están llamados a asumir un papel muy relevante en los programas de cría en cautividad de especies amenazadas y, junto con los criadores privados, a actuar como reservorio genético de estas.
Libertad de elección alimentaria
Los Faunistas valoramos como fundamental la libertad de elección individual, siempre que con ello no perjudiquemos a la libertad de elección de las demás personas.
Por esta razón defendemos con convicción nuestra libertad de optar por consumir productos de origen animal teniendo en cuenta los criterios de salud y sostenibilidad, a sabiendas de que con ello en ningún caso coartamos la opción de otras personas a no hacerlo.
La especie humana, como consecuencia de un proceso evolutivo de millones de años, está «diseñada» para consumir alimentos de origen animal como parte integrante de una dieta variada que nos aporta salud y bienestar.
Cultura gastronómica
Las culturas gastronómicas de las sociedades actuales son herederas de tradiciones culinarias milenarias, en las que los alimentos de origen animal tienen una importancia capital.
Ganaderos, pescadores, queseros, charcuteros, industriales, comerciantes, restauradores, etc; las propias familias consumidoras finales; todos nosotros somos coprotagonistas de una historia cultural gastronómica que sentimos como propia.
El Faunismo alerta que todos nosotros debemos tomar consciencia de la importancia que tiene poner en valor y defender nuestra cultura gastronómica si deseamos conservarla para las generaciones futuras.
Animales de producción
Miles de años atrás, los humanos dejamos de ser cazadores recolectores nómadas, nos establecimos en un territorio y decidimos criar en cautividad algunas especies para destinarlas a nuestro consumo.
De la selección continuada de estas especies nacieron las múltiples razas y estirpes de animales de producción que ahora existen, que dependen de nosotros y que nos proporcionan alimentos. Estas razas y estirpes constituyen un patrimonio genético que es necesario preservar.
Los Faunistas consideramos que debemos esforzarnos en mantenerlos, procurando su bienestar y ahondar en la minimización de su dolor en el momento del sacrificio.
Animales de trabajo
Los denominados animales de trabajo son un ejemplo vivo del resultado de la simbiosis entre la especie humana y algunas especies de animales. Esta simbiosis ha dado lugar a multitud de razas con características físicas y conductuales que las hace especialmente aptas para determinadas labores. Es más, estos animales solamente se sienten plenamente «realizados» cuando tienen la posibilidad de poner en práctica sus habilidades.
El Faunismo pone en valor este patrimonio y aboga por su conservación y por la continuidad de las actividades en las que ellos siguen resultando imprescindibles.
Mundo rural
Las personas que desarrollan actividades agrícolas, forestales y ganaderas; la propia presencia humana distribuida por el territorio; constituyen un patrimonio que debemos conservar.
Ellas son quienes mantienen en condiciones nuestros montes y campos, quienes conservan muchas de nuestras tradiciones y quienes nos suministran alimentos de proximidad.
La ganadería contribuye de forma esencial a nuestra soberanía alimentaria y a la viabilidad económica de muchas familias del mundo rural.
El Faunismo aprecia profundamente estas actividades milenarias, que con valentía y sacrificio se está adaptando a los nuevos retos y necesidades de la sociedad. Un mundo rural que debería contar con el pleno apoyo de las Administraciones Públicas.
Sostenibilidad alimentaria
El Faunismo es partidario de que, en este ámbito, la capacidad decisoria esté estrechamente vinculada a la valoración científica. En demasiadas ocasiones hemos visto cómo se pretendían imponer políticas que no estaban basadas en la ciencia, sino en la pura y simple opinión o creencia.
Así, por ejemplo, desde el punto de vista científico, es evidente que el aprovechamiento de los pastos por parte de los herbívoros, es la forma más eficiente y sostenible de hacerlo; muy por encima de las estrategias basadas en procesos industriales de transformación que ahora se presentan como alternativa.
En todo caso, el Faunismo aboga por ahondar en el aprovechamiento eficiente de los recursos alimentarios del planeta, al tiempo que se minimizan los daños al medio natural.
Adscripción política
El Faunismo es expresión de nuestra forma de relacionarnos con los animales y el medioambiente y está completamente desvinculado de las preferencias políticas de cada uno de nosotros.
La Iniciativa Faunista es absolutamente transversal y reúne en una misma comunidad a personas con afiliaciones políticas absolutamente diversas.
Esto incluye también a las personas que se dedican a la política, sea cual sea su partido.
Unos partidos políticos que deberían plantearse seriamente el asumir como propios los criterios que defiende el Faunismo y que son reflejo del sentir mayoritario de la sociedad.